Claudia Sheinbaum, una reconocida física y especialista en medio ambiente, ha sido juramentada como la primera presidenta de México este martes, en una ceremonia llevada a cabo en el Palacio Legislativo de San Lázaro. Con 62 años, Sheinbaum asume el cargo luego de su aplastante victoria electoral, tomando el relevo del popular Andrés Manuel López Obrador, quien finaliza su mandato con altos índices de aprobación.
Al evento asistieron mandatarios latinoamericanos como Lula da Silva (Brasil), Gabriel Boric (Chile), Gustavo Petro (Colombia) y Miguel Díaz-Canel (Cuba), además de figuras internacionales como Jill Biden, la primera dama de EE. UU., y Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea. La notable ausencia de representantes del gobierno español, tras la polémica exclusión del Rey Felipe VI, fue uno de los puntos discutidos, aunque algunos diputados españoles se hicieron presentes, destacando entre ellos Gerardo Pisarello.
Desafíos y promesas de un nuevo mandato
Con un 59,70% de los votos, Sheinbaum ha extendido el dominio del partido Morena por seis años más. Su gobierno promete mejoras en salud, salarios y vivienda, incluyendo la construcción de medio millón de viviendas sociales. Sin embargo, deberá enfrentarse a retos como el narcotráfico y los altos índices de feminicidios que azotan al país.
A pesar de las dificultades, Sheinbaum tiene la oportunidad de forjar una agenda propia, alejándose de la sombra de López Obrador. El desafío ahora es cumplir los compromisos y lograr avances en temas clave como la justicia social y la seguridad.